Conversaciones en Panamá


 Si algo tienen las personas panameñas es generosidad. Comparten aquello que tienen y están llenas de alegría. Te cuidan. 

-¿Puede ayudarme a llegar al casco viejo?, -le pregunté a una señora en el metro. 

Después de una larga explicación, me respondió:

 -¿Viajas sola? Mijita debes ser el orgullo de tu abuela. ¡Ay! esta es su parada, cinco de mayo, bájese aquí y que Dios me la bendiga.

Otro día un taxista me dijo:

-Muchacha, no te voy a dejar donde me pediste porque esa calle está muy sola, te vas a quedar en esa tiendita llena de gente y cuando venga el autobús cruzas la calle y lo paras, aquí no hay paradas como en España, aquí paramos donde haga falta, usted se me queda aquí.

En Panamá fui copilota en un autobús, conversando acerca de lo duro que es trabajar diecinueve horas al día por cuarenta dólares: David, mientras conducía, me contaba entre risas sus sueños europeos. Sin olvidarme de mi primer trayecto sola en el “Diablo rojo” (autobuses típicos de la ciudad), donde conocí al señor Ramón, de ochenta y tres años:

-¿Sabe una cosa?; no importa cuánto usted estudie. Todo lo que sabe no vale nada hasta que se dedica a enseñárselo a alguien más. Yo llevo trabajando desde los catorce años y todo lo que sé, lo he compartido. Si usted se guarda su conocimiento, usted no está haciendo nada de provecho. Mi hija por fin me hizo caso, hoy estoy feliz por eso.

Después de contarme en qué consistía el nuevo proyecto de su hija, Ramón continuó:

-Le voy a decir dos cosas: la gente que de verdad vale, se sienta en un autobús y conversa. ¿Sabe qué?, ahorita cuando se baje yo le voy a decir al taxi que usted es mi sobrina para que no le cobre más por ser turista-. Así fue, ese viaje me costó solamente un dólar.

Si algo encontré en Panamá fue belleza. Un país es su gente.

Loredana Cacucciolo

Fotografía de un "Diablo Rojo".

Comentarios

  1. E na miña mente nácenlle caras a cada unhas das palabras desas conversas... e os sorrisos bríllanme coma ollos de infancia que descobren a vida. O que máis: o teu. Unha pícara Loredana creando mundo :)

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