Comino, albahaca y tomillo

Ejercicio de creatividad en el taller de escritura: quince minutos para escribir una receta de cocina (al gusto). Con un bloqueo inicial de cinco minutos (la cocina no se me da muy bien), un dejarse llevar por el lápiz y el papel y un poco de humor, parece que la receta quedó en su punto. Comino, albahaca y tomillo De nada me sirve el comino, la albahaca o el tomillo sin la carne adobada de ayer. Me falta la carne que se ha ido sin la salsa ni el tinto, dejando por la mitad esta historia justo al lado de una botella cerrada de vino. Puse zanahoria, calabacín y pimiento en cuadros, como el mantel de nuestra terraza. Puse cebolla en juliana y diminuto el ajo. Sofreí la esperanza de un final feliz en la sartén que encontramos en la calle jazmín. Añadí el tomate triturado y un puñado de orégano, sentí el humo atravesando mi mano a fuego lento. Esperé y esperé, recordé los bordes chamuscados de la cebolla antes de conocerte, cuando todavía no sabía para qué existían en mi vitrocerámica...